El Espejo
Alguien Te Puede Estar Observando
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-¡Wow! Veo que otros tienen mas problemas que yo- expresó Diego cuando terminó de leer a su hermana la noticia del periódico matutino- creo que pensaré bien las cosas, por lo menos yo tengo esperanza de encontrar una buena chica, pero será a su tiempo, ahora estudiaré y seré alguien en mi trabajo- Ese es el hermano que quiero tener y no el tomador que te habías vuelto- su hermana le decía mientras lo tomaba con cariño de la mano- qué bueno que volviste a la realidad. Estaban de lo más entretenidos cuando sus padres llegaron, venían contentos y con unos papeles en las manos- qué bueno que los encontramos juntos, sólo falta Margarita, llámenle tenemos algo que decidir los tres- su padre sostenía con especial interés los papeles, como si fueran el motivo de la urgente reunión familiar. -¿Qué es tan importante?- apenas se oía la voz de Diego- dinos de una vez. -No comas ansias hijo- le dijo sonriendo su padre -sólo sé que les gustará, bueno, ya que llegó Margarita, déjame se los digo, ayer llegó una nota del Consulado Estadounidense, en el que nos decían que podíamos ingresar al vecino país, ahora ya somos residentes legales de los Estados Unidos Americanos, ayer mismo fuimos a recoger las tarjetas y aquí las tienen, no podemos tener mejor Navidad que esta, será como nuestro regalo para cada uno, por cierto salieron muy bien en las fotos. -Pero papá- apenas protestó con voz entrecortada Norma- todos tenemos una vida que hacer aquí, aparte de que Diego va muy bien en la escuela. -Sí, hija- dijo su mamá consoladora- y seguirá en la escuela, iremos sólo por temporadas y cuando volvamos podrá terminar su carrera- Claro que es importante para nosotros, aunque si nos va bien, como todos esperamos- decía su padre mientras se frotaba las manos- allá ganará mucho más dinero que acá- Yo haré lo que ustedes digan- decía Diego, cabizbajo, como siempre que iba todo bien, algo se complicaba. -Vayan empacando todo- les dijo su padre urgiéndoles- en una semana tenemos que estar con su tío José en Florida, todo saldrá bien, dicen que es un lugar hermoso, aparte el trabajo que nos prometió es sencillo, ganaremos bien. -Espero que no se arrepientan- Norma murmuraba, sabía que no podía contradecirlos, cuando decían algo tenía que cumplirse al pie de la letra. Todos se levantaron serios pero molestos, nadie quería en realidad abandonar sus vidas y situaciones que ahora vivían, Norma y Margarita tenían novios, aunque nunca los llevaban a la casa por temor a los rechazos. Diego tenía que renunciar a su trabajo y dejar el tercer semestre en el limbo, ya que tenía que probar suerte en el vecino país, se fue a su cuarto y se encerró, dejando pasar el tiempo, al cabo que el tiempo para él desde que conoció a Sara ya no existía, sólo pasaba, sin traer nada interesante a su paso, sólo tristeza y amargura, ahora no sólo la extrañaría a ella, también tendría que hacerse a la idea que perdería a sus amigos del trabajo, de la escuela, se sentía mucho más deprimido de lo que ya era, entró a su cuarto y se miró al espejo, últimamente pasaba mucho tiempo mirándose en el espejo, quería descubrir algo en él, algo que no supiera, le producía una extraña sensación mirarse por mucho tiempo a los ojos hasta que se cansaba y se iba a dormir. Ese día estuvo tanto mirándose en el espejo, hasta que ya no supo de sí, de pronto miró una habitación extraña, él estaba al otro lado del espejo, sólo había una cama no muy grande, debía ser matrimonial, oía unos ruidos como si se estuvieran riendo, de pronto abrieron fuertemente la puerta, un joven cargaba a una mujer. -Pensé que no saldría a tiempo de la cárcel mi diablito, tuve que casarme con el tonto de Serafín, porque en la última visita que te hice al penal, creo no me cuidé muy bien y me dejaste embarazada- Esa es la mejor noticia que puedo recibir- “El Diablo” se reía a carcajadas- ahora el tonto de Serafín cargará con la criatura, eso sí que es fabuloso. -Sí, aparte de que tú y yo podemos seguir viéndonos como a
About the Author
Jesús Cantú nació en Monterrey, México. Aunque emigra a los Estados Unidos muy joven, tiene muchas vivencias en su país de origen, lo cual lo expresa en su primer libro; su amor por la lectura la empieza a temprana edad cuando lee a algunos clásicos como García Márquez y Vargas Llosa, descubre un estilo único que será el modo de escribir en todos sus cuentos, el cual el lector descubrirá que es algo que no se encontrara en otra parte. El baile de la muerte de bronco en la fama al cual asistió lo marco para hacer un pequeño recuerdo del libro. Les agradece de antemano su atención.