INTRODUCCION
Los niños son más inteligentes y tienen más deseos de
aprender de lo que los adultos creemos. Sólo hace falta que los
motivemos para lograrlo.
Es común encontrar columnas de opinión en los diarios locales y literatura
especializada acerca de políticas públicas en educación escolar en Chile y
escuchar y ver a muchos expertos y otros no tanto, que opinan frecuentemente
a través de los medios de comunicación sobre ellas. Esta realidad se repite
con mayor intensidad cada vez que se dan los resultados nacionales de las
pruebas Simce y de selección universitaria PSU, donde la conclusión desde
hace muchos años no ha cambiado mucho. El aprendizaje escolar en Chile es
dramáticamente inferior al de los otros países pertenecientes a la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y muestra una alta
dispersión entre los colegios particulares y públicos.
Sin embargo no existe la misma cantidad de expertos que hagan un aporte
concreto para mejorar la gestión educativa a nivel de los colegios que es,
dónde se aplican en la práctica, las políticas educacionales del país, y donde
se producen en definitiva los momentos de la verdad: educadores y alumnos
frente a frente.
Este libro pretende entregar los elementos esenciales que son necesarios
para lograr una gestión educacional efectiva en cualquier colegio de Chile y
está principalmente orientado a todos quienes tienen responsabilidades a ese
nivel: sostenedores, consejeros, directores, equipos directivos, profesores y
padres,para que puedan contar con un referente conceptual y práctico que les
ayude a mejorar el importante rol que juegan, y cuyo objetivo final es mejorar
el nivel de aprendizaje de nuestros niños y jóvenes.
El libro permite que los distintos actores involucrados en el proceso educativo
escolar, puedan evaluar su actual desempeño e introducir mejoras significativas en el aprendizaje, a través de la aplicación de estándares más exigentes en
la gestión de sus colegios. De este modo podrán entregar a sus alumnos
las herramientas necesarias, que son prometidas en el respectivo proyecto
educativo, para que puedan enfrentar con éxito su vida como adultos.
Para lograrlo, los colegios de Chile necesitan adaptarse a las nuevas
exigencias del mundo globalizado y tecnológico y cerrar la brecha que los
distancia del mundo desarrollado. Así podrán llevar a sus establecimientos
a dar un gran salto en los niveles de aprendizaje, asumiendo una actitud de
apertura y compromiso con los resultados, y utilizando en forma efectiva su
principal recurso: el capital humano.
Está demostrado, por los resultados obtenidos por los países con mejor
desempeño escolar en el mundo, que entregar una mayor autonomía a los
colegios, mejora el rendimiento escolar.
El libro es una recopilación de las experiencias de su autor y de algunas de
las mejores prácticas educacionales conocidas a nivel escolar, adaptadas
a la realidad chilena. Con ellas pretende hacer un llamado de atención a
los establecimientos escolares de Chile, para instarlos a provocar un salto
cualitativo en su gestión, en el convencimiento que el problema no tiene que
ver con la “calidad “de nuestros alumnos, sino con el magro desempeño de
los adultos que, de una u otra forma, no hemos sido capaces de crear las
condiciones para que Chile obtenga rendimientos educacionales al nivel de
los países avanzados.
Si queremos llegar a ser un país desarrollado, necesitamos mejorar
significativamente nuestra educación, comenzando por la escolar, y esto lo
vamos a conseguir cuando cada uno de sus colegios lo haga individualmente.
La distancia entre el rendimiento de los colegios públicos y privados es muy
grande, por lo tanto el recorrido para que los primeros puedan reducirlo será
más largo y arduo. Esta realidad obliga con mayor razón a aplicar sistemas
de gestión efectivos en esos colegios, aumentar sus recursos y eliminar las
trabas burocráticas y políticas que impidan su implementación. Para mejorar
la calidad de la educación en Chile a todo nivel, se deben aplicar las buenas
prácticas educacionales en todos los colegios, incentivando de este modo una
sana competencia entre ellos.
En el libro se destacan los factores críticos que a juicio del autor impactan
la gestión y el desempeño de los colegios. Por esta razón, no se ahonda en
aquellos aspectos técnicos que, pese a su relevancia, escapan al objetivo
fundamental del libro. Este sería el caso de la educación preescolar, cuya
importancia en la formación de los niños, es insustituible.
El libro está dividido en dos partes, cada una de ellas consta de 4 capítulos,
donde se detallan secuencialmente los aspectos claves de la gestión de un
colegio.
La primera parte, denominada la columna vertebral, se centra en la importancia
del capital humano y las relaciones interpersonales, enfatizando la necesidad
de formar un equipo directivo de alto nivel y profesores efectivos, como
requisitos fundamentales para optar a ser un gran colegio.
El capítulo uno se refiere a la necesidad de contar con un director efectivo,
que marque la ruta a seguir e inspire a sus colaboradores para cumplir con la
misión, y en conjunto, alcanzar las metas que lo lleven a dar un gran salto en
los niveles de aprendizaje.
Junto con asumir los esfuerzos que implica empoderar al director,
la dirección del colegio debe revisar si la promesa del proyecto educativo
se adapta bien a los nuevos requerimientos que exige la realidad de hoy
proyectada a futuro y, a partir de ella, utilizar la misión como el principal
referente del trabajo diario.
El segundo capítulo se relaciona con la necesidad de que el director forme
un equipo directivo de alto nivel. Contar con un director efectivo capaz de
entusiasmar a sus colaboradores, acompañado por un equipo directivo con la
motivación y competencias necesarias, constituyen requisitos indispensables
para llevar al colegio desde el lugar donde se encuentra a otro de mayor
exigencia y rendimiento escolar.
Lo anterior implica introducir modificaciones en el funcionamiento de cada
establecimiento educacional, debido a que se requiere conseguir de ellos un
mayor compromiso con la misión del colegio y a la vez aplicar políticas que
permitan mejorar en forma importante el desempeño de directivos y profesores,
tales como la selección por competencias, habilidades para enseñar, incentivar
su colaboración y creatividad, y comprometerlos con los resultados. Esto provocará un cambio cultural, que es una condición necesaria para que un
colegio pueda concretar la promesa de aprendizaje de sus alumnos.
Cumpliendo con este objetivo, todos los demás problemas de gestión se
podrán resolver, siendo el tiempo el factor crítico para lograrlo.