EL USO Y LA INTERPRETACIÓN DE LAS FIGURAS PROFÉTICAS
Dios transmitió a los antiguos profetas figuras y símbolos para expresar verdades espirituales y de aplicación práctica. Incluso Jesucristo el gran maestro empleo el leguaje figurado para transmitir las verdades del evangelio (Jn.2:19-22, Jn.3:14). Pablo apóstol nos explicó en sus cartas el empleo en la escritura y la interpretación de las figuras proféticas. “Las cosas materiales”, dijo, “son sombras que representan lo que es real” (Col.2:16-17, Heb.8:5) Aun las mismas vidas de los antiguos profetas son simbólicas, es decir, nos representan verdades espirituales, cosas que sucederán cuando llegue el cumplimiento.
¿Hasta dónde es sano llevar la interpretación de una figura o un símbolo profético? Empleando la metáfora de las sombras, sabemos que el sol proyecta la sombra de lo que verdaderamente es el objeto. En la práctica, nos basta una sombra bien definida o bien proyectada, para darnos cuenta de quién o qué es la figura real. De la misma forma, no podemos excedernos en la interpretación de las figuras y símbolos proféticos de la escritura. A la hora de leerlos e interpretarlos, bastara con identificar claramente el evento real que se cumplirá, el cual deberá estar siempre acorde con el propósito divino ya revelado. Debemos dar gracias a Dios que su propósito ya está claramente definido por toda la escritura, en declaraciones francas y directas, y también en muchas analogías. El propósito divino es salvación a los hombres por la sangre de Jesús.
Cuando un intérprete toma una figura o un símbolo de la biblia sin tener en mente el propósito divino, violenta el espíritu de la profecía y da a luz interpretaciones fantásticas y novelescas que se apartan con mucho de la realidad y del objetivo del evangelio. En este caso, las figuras o sombras se deforman y se manipulan, hasta hacer de las palabras de los profetas una película sensacionalista que gusta a la mente carnal; una mente que tiene comezón de oír cosas nuevas. Decía mi maestro de biblia, y nunca lo he olvidado:
“Hijo mío, si la interpretación de las figuras y los símbolos no concuerda primero con las verdades claramente reveladas de las escrituras… y con la realidad de la vida y del evangelio, esa interpretación es falsa”.” (Palabras del finado pastor Efraín Valverde Sr.).
Teniendo en mente este sano principio de interpretación, voy a comentar brevemente sobre la controversial mención de Jesucristo de “la caída de las estrellas” en el tiempo del fin.
ENTONCES HABRÁ SEÑALES EN EL SOL, EN LA LUNA Y EN LAS ESTRELLAS
(Mt 24.29)“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”.
Muchos hombres, impíos y creyentes, han comentado sobre la imposibilidad de que las estrellas caigan del cielo a la tierra, dado que según la astronomía, una sola estrella bastaría para destruir el planeta entero. Evidentemente Jesucristo está empleando aquí un simbolismo muy conocido desde el AT para hablarnos de realidades proféticas que se cumplirán a su debido tiempo. “caerán por un lado, no a la tierra”, dijo un predicador. Compare este comentario con (Apoc.6:13) “Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra”.
Tanto la simiente de Abraham, como los seres angelicales que operan en las regiones celestes, son llamados “estrellas” en la biblia. La simiente de Abraham son llamados estrellas, en el sentido de la gloria eterna que recibirán los redimidos que entren a gobernar en “el reino de los cielos” (Gen.26:4, Dn.12:13). No es extraña la figura de que los creyentes “Hijos de Abraham” suban a ser colocados en “lugares celestiales con Cristo Jesús”, por gracia. (Efe.1:20,2:6) Pablo mismo compara a los astros y su gloria con la resurrección de los muertos en el siglo venidero (1 Cor.15:35-44), cuando será posible que “habitemos los cielos con un cuerpo ya transformado” (Fil. 3:20-21).
También a los seres angelicales se les llama “estrellas” en la biblia, y no solo a los buenos, sino también a los ángeles caídos. Al mismo Satán se le dice “lucero”:
(Isa.14:12-14)¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
13. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; 14. sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”.Las miríadas de seres angelicales son llamados “ejércitos celestiales” o “el ejército del cielo”. Los hay tanto buenos (Sal. 148:1-4,103:20-21) como malos, (Efesios 6:12).
La figura simbólica “estrella” nos habla pues, de seres humanos que poseerán el reino eterno, y también de seres angelicales puestos en autoridad sobre los cielos, y otros seres angelicales “caídos” o lo que significa, arrojados de su puesto de autoridad. Satán y sus ángeles son estrellas caídas.
No debemos confundir en el lenguaje profético la “caída de una estrella” con el descenso a la tierra de un ángel de Dios. (Apoc.20:1-3). Los “caídos o arrojados a tierra” son los enemigos de Dios. En Apocalipsis 9:1-2, por ejemplo, se describe la caída de una de esas estrellas del cielo:
“El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo.2. Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo.3. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra.”
Juan ve “una estrella del cielo que cae a la tierra”, y se trata de un ser angelical “caído” o arrojado a la tierra. A este se le da la llave, o la autoridad para dejar salir espíritus malos del abismo durante ese tiempo terrible. Es importante entonces reconocer el leguaje figurado que Jesucristo emplea en Mateo 24 cuando dice que “las estrellas caerán del cielo”.
Pero no se trata solamente de los seres angelicales negativos de las regiones celestes que serán derribados a tierra en ese tiempo de angustia terrible. Lo que Jesucristo estaba transmitiendo a sus discípulos con estos símbolos era lo que sucedería en la conclusión del “misterio escondido en Dios”. Es decir, que después de revelarnos que habría un necesario periodo de predicación a los gentiles “antes del fin” y que Jerusalén entraría en escena de nuevo, una vez que se cumplieran “los tiempos de las gentes”…entonces, habría señales en el sol, en la luna y en las estrellas. ¿Qué significa esto?
LAS SEÑALES EN EL SOL, LA LUNA Y LAS ESTRELLAS
(Lc.21:24-27)“Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.25. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; 26. Desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.”
En este punto, Jesucristo estaba haciendo alusión a que, después de la predicación a los gentiles, comenzarían a cumplirse las señales en la nación de Israel, es decir, en la mujer “vestida del sol, la luna y las estrellas”. Este simbolismo concuerda con lo que describe Juan en su visión apocalíptica. Jesús está hablando sobre el día de su venida, y la visión apocalíptica de Juan es sobre “el día del Señor”.
Estas palabras de Jesús llevan mucho simbolismo y trasfondo profético, pero nada fantástico ni extraño al mensaje de los profetas: La redención final de Israel....